La Doctrina del Ojo y la Doctrina del Corazón
La Doctrina del Ojo y la Doctrina del Corazón
Hay dos clases de sabidurías regeneratorias: la Doctrina del Ojo y la Doctrina del Corazón.


La Doctrina del Ojo , robustece la mente, materia, la morada del deseo; ella piensa, razona, saca conclusiones y conduce a la acción errada, todo lo quiere resolver por sí misma y no tiene en cuenta para nada la voz del Maestro Interno.
El Maestro Interno no piensa ni razona ni discurre, sino que su voz es la voz de la Intuición.
“Ya las escuelas dieron lo que debían dar, los Centros de Sabiduría se convirtieron en aulas de negocios, cada uno con sus tiranuelos que prohíbe a sus adeptos que se lancen a la búsqueda del Saber; aquí las prohibiciones, allí las excomuniones y amenazas.”

“La Sabiduría pertenece al Íntimo y no es cuestión de poses fingidas. No andamos en búsqueda de seguidores, sólo queremos que cada cual se siga a sí mismo, a su propio Maestro Interno, porque ÉL es el único que puede salvarnos”.
El Auto-Conocimiento y la Autognosis implican la aniquilación del “Yo”, del ego, del mi mismo, como trabajo previo y urgente para la Autorrealización que persigue la Gnosis, que es el armonioso desarrollo de todas las infinitas posibilidades humanas.
Todo lo que tratamos en estos párrafos no se tratan de datos intelectuales caprichosamente aprehendidos; todo lo que estamos diciendo tradúzcase como experiencia auténtica, vivida, real.
LOS TRES FACTORES DE LA REVOLUCIÓN DE LA CONCIENCIA

Nacer: El Ser humano dispone de diferentes tipos de energía, intelectual, motriz, emocional, instintiva y sexual. Estas energías debemos utilizarlas y aprovecharla sabiamente, para regenerar nuestro cuerpo, crear el alma inmortal y encarnar el espíritu.
El hombre es un ser no logrado, pero por medio del uso adecuado de sus energías, puede llegar a dar nacimiento a otros vehículos o cuerpos existenciales superiores del Ser y convertirse en verdadero hombre.

Algo viejo debe morir en el hombre en nacer algo nuevo. Si no hay muerte no puede haber transformación.

Solo el hombre superior, aquel que se ha despojado de la codicia, de la envidia, la ambición, el odio, etc. es capaz de sacrificarse conscientemente por sus semejantes, ayudándolos a salir de su ignorancia, del dolor, del hambre, etc. sin esperar recompensa alguna.
La causa del error es la ignorancia, y esta se debe a la falta de conocimiento, por eso es importante impartir esta sabiduría a la humanidad.
Los chinos dicen “No solo hay que darle pescado a la gente, sino también enseñarle a pescar”.
Por lo tanto debemos luchar por traer a otros al camino secreto.
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